El arte de encender Antorchas
Escribo aquí (LinkedIn) todos los días. Comparto en el newsletter (este) lo que descubro. Pero como me recordaba Tomas, hay cosas que se nos pasan de largo. Cosas importantes que necesitan más espacio.
Más silencio. Más tiempo para respirar.
Por eso terminé escribiendo una fábula. No porque me falten temas para posts cortos, sino porque algunas ideas necesitan crecer despacio, como las mejores historias.
"El Arte de Encender Antorchas" nació de un mensaje inesperado. Un ex-colaborador escribiendo que ahora él era quien "abandonaba" reuniones, dejando que su equipo encontrara las respuestas. Y remataba con un meme de Batman: "O mueres siendo el héroe o vives lo suficiente para verte convertido en el villano."
El círculo se había cerrado de una manera que nunca esperé.
Eso me llevó a la pregunta que me persigue hace meses: ¿Qué pasa cuando dejas de ser la respuesta y te conviertes en la pregunta que despierta respuestas?
La fábula sigue a Daniel, un líder que hace algo radical. En lugar de resolver problemas, hace preguntas. En lugar de dar instrucciones, crea espacios. En lugar de brillar, ayuda a otros a descubrir su propia luz.
No es una historia sobre técnicas de management.
Es una historia sobre la naturaleza humana. Sobre lo que sucede cuando confiamos en el potencial de otros más de lo que ellos confían en sí mismos.
Sobre el arte silencioso de liderar sin liderar.
Algunas ideas necesitan 280 caracteres. Otras necesitan páginas para desplegarse completamente, para respirar, para mostrar cómo se ve la transformación cuando sucede gota a gota.
Si has sentido alguna vez que tu mayor contribución podría ser invisible, esta historia es para ti.
Si te has preguntado qué significa realmente desarrollar a otros, esta historia es para ti.
Si intuyes que el liderazgo más poderoso es el que no necesita demostrar que existe, esta historia es para ti.
La puedes descargar gratis aquí.
Porque las mejores antorchas se encienden compartiéndolas, no guardándolas.