¿Recuerdas cuando tus padres te decían "si tus amigos saltan por un puente, ¿tú también lo harías?"
Resulta que las grandes empresas también caen en esta trampa. Toman decisiones basadas en lo que otros están haciendo, no en lo que tiene sentido para ellos. Incluso Amazon acaba de saltar por ese puente. "Todos de vuelta a la oficina. Sin excepciones." Simple, directo, universal.
Hay algo fascinante en cómo las organizaciones manejan el espacio. No el espacio metafórico de la innovación o el crecimiento, sino el espacio literal - metros cuadrados de escritorios, sillas y salas de reuniones.
Es como organizar una fiesta y enviar más invitaciones que la capacidad de tu casa. Puedes declarar que todos deben venir, pero la física es obstinada. No puedes comprimir a las personas como archivos ZIP.
Lo interesante no es el error de cálculo. Es la mentalidad detrás de él. La creencia de que podemos forzar la realidad a ajustarse a nuestras declaraciones ejecutivas, en lugar de adaptar nuestras decisiones a la realidad.
El verdadero liderazgo no consiste en hacer declaraciones audaces. Consiste en crear espacios - físicos y metafóricos - donde las personas puedan hacer su mejor trabajo.
Y a veces, el mejor trabajo sucede precisamente cuando dejamos de obsesionarnos con dónde se hace el trabajo y nos enfocamos en cómo se hace.
La próxima vez que te encuentres intentando forzar una solución, pregúntate: ¿Estás creando espacio para el éxito o simplemente moviendo muebles en una habitación que ya está demasiado llena?
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