Todo cinturón negro fue cinturón blanco. Las organizaciones, en cambio… muchas nunca aprenden.
No se trata de saber mucho. Se trata de saber qué hacer con lo que sabes.
Entre memorizar y decidir. Entre acumular datos y actuar con sabiduría.
Para que no se nos olvide: llegamos al mundo en pelotas y sin saber nada. Todo lo hemos tenido que aprender.
Ni siquiera recordamos cómo aprendimos a caminar. Pero caminar no es fácil. Yo tuve que hacerlo de nuevo hace dos años, y puedo decirlo: no es fácil.
Pero aprendimos.
Y, sin embargo, cuando se trata de organizaciones, olvidamos esta verdad.
Aprender es fácil: pones a alguien en una sala, le das datos, PowerPoints, manuales. Mides cuánto recuerda. Aplaudes la "capacitación completada".
Ahora también le das ChatGPT.
Pero inteligencia es otra cosa.
Viene del latín inter-legere: elegir entre opciones. Y esa habilidad no nace de escuchar más conferencias. Ni de tener acceso a más respuestas instantáneas.
Nace de hacer. De equivocarse. De ajustar. Del conocimiento que solo llega cuando tus decisiones tienen consecuencias reales.
Tu cerebro guarda millones de micro-experiencias. Reconoce patrones que no puedes explicar. Sabes cuándo algo "se siente mal" en una reunión, cuándo un cliente está por irse, cuándo una idea va a fallar.
Ese es tu GPS interno.
La IA generativa puede producir mil respuestas. Pero no sabe cuál elegir para tu situación específica.
Tu organización ahora tiene acceso a inteligencia artificial, pero sigue sin tener cerebro propio.
Cuando alguien se va, se lleva su GPS. La IA permanece, pero no sabe qué preguntar. No reconoce el contexto que importa. No distingue entre una buena respuesta y la respuesta correcta para este momento, este cliente, este problema.
Las personas se vuelven más inteligentes con el tiempo. La IA se vuelve más capaz. Las organizaciones… muchas veces siguen siendo torpes.
La diferencia es simple: unas acumulan información; otras saben cuándo y cómo usarla. Unas adoptan herramientas; otras construyen sabiduría. Unas preguntan a la IA qué hacer; otras le enseñan a la IA qué preguntar.
Imagina una organización que combine su GPS interno con la capacidad generativa de la IA. No solo elegiría mejor. Elegiría con una precisión quirúrgica.