Iba a escribir sobre los falsos expertos en IA.
Ya sabes de cuáles hablo. Los que mendigan prompts en comentarios mientras venden cursos de "dominio total." Los que usan humanizadores para ocultar que sus posts los escribió ChatGPT.
Tenía todo listo para desenmascarar la hipocresía.
Pero entonces me di cuenta de algo.
Estaba tratando de crear categorías. Buenos y malos. Auténticos y falsos. Como si hubiera algo sólido a lo cual agarrarme en un campo que cambia cada semana.
La IA es pura agua.
Las herramientas evolucionan constantemente. Los mejores prompts de hoy son obsoletos mañana. Nadie realmente sabe hacia dónde va esto.
Y todos estamos haciendo lo mismo.
El que mendiga prompts. El que vende cursos. El que critica desde Twitter. Yo escribiendo este post.
Todos tratando de pararnos en algo que por naturaleza es flujo.
Pero aquí está la vaina: el problema no es no saber, sino fingir que sabemos. No hay nada malo en no saber. No hay nada malo en experimentar. No hay nada malo en hacer preguntas tontas o usar herramientas de formas inesperadas.
El problema llega cuando fingimos que tenemos las respuestas.
Cuando nos agarramos a identidades que no podemos sostener.
La práctica real es más simple. Experimentar sin drama. Aprender sin proclamar expertise. Usar las herramientas sin convertirlo en teatro.
Y tal vez reconocer que todos estamos improvisando.
Incluso en este post.