Gracias por un año 2025 maravilloso
Cuando el monólogo se vuelve diálogo
No esperaba que estuvieran ahí cada mañana. Pero estaban.
Cuando escribía a las 4 AM, excavando mentalmente, creando mapas de conexiones que aún no entiendo. Cuando publicaba algo y me preguntaba si importaba. Cuando dudaba si alguien realmente leería más allá del primer párrafo.
Ustedes estaban.
No como espectadores. Como parte de la conversación.
Me escribieron a medianoche cuando algo resonó. Sacaron el libro de su mochila antes de que llegaran los platos en un almuerzo. Compartieron ideas que mejoraron las mías. Desafiaron lo que escribí y me hicieron pensar más profundo.
Convirtieron monólogos en diálogos.
En un mundo donde la IA puede generar cincuenta posts antes del desayuno, ustedes eligieron leer uno que empezó con una inquietud real. Donde todos pueden copiar y traducir sin atribución, ustedes valoraron lo original. Donde el ruido es infinito, ustedes se tomaron el tiempo para pensar.
Eso no es común. Es extraordinario.
Puerto Candelaria lo dijo celebrando veinticinco años: “No tenemos fans, sino amigos.” Los fans gritan tu nombre desde la distancia. Los amigos se quedan después del show para conversar.
Ustedes se quedaron.
Gracias por leer cuando podían estar scrolleando. Por pensar cuando podían estar consumiendo. Por estar ahí cuando estar presente costaba algo.
Por elegir la profundidad sobre la velocidad. La reflexión sobre el ruido. La conversación sobre el monólogo.
Por ser parte de estas fogatas digitales donde la tecnología conecta pero lo humano prevalece.
No sé qué traerá 2026. Pero sé que estaremos equivocados sobre algo importante.
Y será maravilloso. Porque ustedes estarán ahí para ayudarnos a ver lo que no vemos.
Eso es lo que hace que todo esto valga la pena.
P.D. Mi manifiesto tiene veintidós líneas. La última dice: “Un día a la vez”. Este fue ese día. Gracias por cada uno de ellos.



Gracias a ti, Jose - y un muy feliz 2026 lleno de ideas y de acciones