La semana pasada, una profesora me escribió: “¿Debería prohibir ChatGPT en mi clase o enseñar a usarlo?”
La misma pregunta que un CEO me hizo el mes pasado sobre su equipo de ventas.
Es la pregunta equivocada.
Mientras ellos se preguntaban qué hacer, su estudiante más curioso ya había descubierto que Claude podía ayudarle a entender física con metáforas de fútbol. Y alguien en esa empresa estaba usando Perplexity para investigar competencia en tiempo real.
El futuro no es algo que predecimos. Es algo que algunos ya están viviendo mientras otros siguen preguntando si deberían empezar.
Por eso nuestro equipo lleva semanas mapeando señales de lo que está emergiendo ahora mismo en IA y educación. No en Silicon Valley. Aquí. En Colombia. En Latinoamérica..
Algunos son obvios. Otros contradictorios. Los agrupamos, buscamos patrones, dibujamos conexiones en una pizarra.
Y en algún punto nos dimos cuenta: no estábamos prediciendo cómo será la educación con IA. Estábamos diseñándola.
Cada señal que decidimos seguir fue una elección sobre qué futuros vale la pena explorar. Cada patrón que conectamos reveló no solo lo que está pasando, sino lo que creemos que importa.
Esto es prospectiva estratégica. No talleres bonitos ni especulación. Es diseño deliberado: Explorar las señales que te incomodan. Buscar múltiples patrones. Diseñar escenarios desde ahí. Y trabajar hacia atrás desde el futuro que prefieres hasta las decisiones de hoy.
El informe sigue tomando forma. Pero algo ya cambió: dejamos de preguntar “¿qué va a pasar?” y empezamos a preguntar “¿qué queremos que pase?”
Si lo estamos haciendo para educación, ¿por qué tu empresa no lo está haciendo para su industria?
Porque mientras algunos siguen esperando a que el futuro llegue, otros ya lo están diseñando.
¿De qué lado estás?