Las herramientas no mienten
Culpamos a la tecnología por decisiones humanas
Un aprendiz de periodista en El Espectador inventó noticias. Usó IA para hacerlo más rápido. Creó fuentes falsas para hacerlo más convincente.
Y todos salieron a culpar a la tecnología.
Stephen Glass hizo exactamente lo mismo en 1998. Inventó historias completas. Creó fuentes inexistentes. Engañó a editores de The New Republic durante años.
No había IA a quien culpar entonces.
Porque el problema nunca ha sido la herramienta.
El problema es elegir el atajo sabiendo que está mal.
La IA no inventa noticias. La gente inventa noticias.
La IA no genera contenido mediocre. La gente decide publicar contenido mediocre.
La herramienta solo acelera lo que alguien ya decidió hacer.
Podemos seguir prohibiendo herramientas. O podemos preguntarnos por qué construimos sistemas que premian la velocidad sobre la integridad. Que miden volumen en lugar de valor. Que confían ciegamente en lugar de verificar sistemáticamente.
La IA no quebró el periodismo de El Espectador. Un mentiroso lo hizo. Y un proceso frágil se lo permitió.
Igual que en 1998.
Igual que siempre.
¿Seguiremos culpando a las herramientas o finalmente arreglaremos los sistemas que recompensan las trampas?
P.D. Si quieres ver exactamente la misma historia sin IA de por medio, busca Shattered Glass (2003). Nada ha cambiado excepto la velocidad.


