"Ya hice mi primera app sin leer el manual", me escribió triunfante. Como si hubiera descubierto un atajo secreto al conocimiento. Lo que no sabía es que acababa de convertirse en el equivalente digital de alguien que aprende a tocar una canción en piano memorizando qué teclas presionar, sin entender nada sobre música.
Es fascinante cómo hemos convertido una herramienta de aprendizaje en una máquina de atajos. La IA es el nuevo "no leí el manual". Es como tener un instructor de natación que nada por ti mientras tú observas desde la orilla, convencido de que estás mejorando tu técnica.
La diferencia entre usar IA como tutor y usarla como sustituto es sutil pero profunda. Cuando le pides que te explique un concepto, estás ejercitando tu cerebro. Cuando le pides que resuelva el problema por ti, estás ejercitando tus habilidades de copiar y pegar. Como todas las soluciones rápidas, tiene un costo oculto que solo descubres cuando es demasiado tarde: mientras tú copias soluciones de ayer, el lenguaje evoluciona hacia mañana.
Lo fascinante no es solo que la tecnología nos permita saltarnos el aprendizaje fundamental. Es que los principiantes son quienes más caen en esta trampa. Como niños con una calculadora antes de entender las matemáticas básicas, confunden la capacidad de obtener respuestas con la capacidad de comprender.
La verdadera innovación no viene de quienes conocen los atajos, sino de quienes entienden los fundamentos lo suficientemente bien como para saber cuándo romper las reglas.
La pregunta no es si deberíamos usar IA para aprender a programar, sino cómo podemos usarla sin engañarnos a nosotros mismos.
¿Estás usando la IA como un mentor paciente o como un servicio de tareas express?
Discusión sobre este post
Sin posts