Esta semana, mientras estábamos en maratón de Futurama con Violeta, nos reímos con un episodio donde Bender se propone ser un robot cocinero. Enfrenta un dilema fascinante: puede seguir recetas al pie de la letra, pero es incapaz de saber si el resultado sabe bien. Sin papilas gustativas, termina creando platos excesivamente condimentados que solo un robot podría "disfrutar".
Esta es exactamente la trampa en la que caemos al trabajar con IA generativa. Podemos volvernos expertos en escribir prompts elaborados, en seguir las mejores prácticas, en utilizar las últimas técnicas. Pero sin la capacidad de evaluar críticamente los resultados, somos como Bender: robots siguiendo recetas sin entender realmente el sabor.
La ironía es que la habilidad más valiosa no es escribir mejores prompts, sino saber probar y validar las respuestas. Es desarrollar ese paladar que distingue lo bueno de lo mediocre, lo preciso de lo aparentemente correcto.
Michael Bolton lo entiende perfectamente: necesitamos habilidades de testing. No solo para detectar errores evidentes, sino para anticipar esos casos límite donde la IA puede fallar sutilmente, como un plato que parece perfecto pero está demasiado salado.
¿Estás desarrollando tu paladar crítico, o solo sigues recetas?
Para profundizar en estas ideas, te recomiendo leer el post de Michael Bolton sobre la importancia de las habilidades de prueba en la IA generativa.
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